¡Cuántas
veces al ver el escaso rendimiento de
nuestro trabajo, el flaco resultado de
nuestros esfuerzos, nos desanimamos! Tenemos
la sensación de que no podremos hacer
mucho en la tarea que tenemos
encomendada, sea esta de dedicación a
los hijos, de responsabilidad en el
trabajo, de atención a parientes con
problemas de salud…