DOMINGO SAVIO (SANTO)
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Cuando empezamos un año nuevo, no es extraño que alguien diga
este lema español: ‘Año nuevo, vida nueva’. Se podría entender este dicho
popular como la oportunidad, mejor aún, la necesidad de proponernos mejorar en
nuestra orientación vital. Más en concreto, “hacer unos buenos propósitos para
el año que empieza". Pero también comprobamos en la mayoría de las ocasiones, que
estos buenos propósitos no nos duran más que unos días. ¿Qué hacer para que
perduren? Nos parece que si los comparamos con unas luces cuyas mechas están
empapadas en aceite, lo que deberíamos fundamentalmente hacer es no descuidar
rellenar de aceite el vaso, con la frecuencia que se necesite.