Don Bosco,
el padre de los jóvenes, tuvo un criterio solidario al tratar con ellos
respecto a sus ideas y decisiones. Si alguien quería dejarlo, como aconteció
con José Buzzetti (1); le decía: -"José, yo no quiero nada de ti, haz lo que deseas;
y que seas feliz". Y sacando del cajón un dinero se lo daba, diciéndole:
-“Ahora, los primeros días te hará falta. Yo –como sabes – siempre estaré aquí
para lo que necesites”. Sabemos por la historia, que José no quería dejar a Don
Bosco; fue una crisis personal… Comenzó a llorar y nunca dejó a Don Bosco.
Es un
acierto que el diálogo se centre en interesarse por las cosas que sabemos que a los jóvenes les afectan: las
relaciones con la familia, con los amigos y amigas; sus sueños, sus proyectos,
los estudios, la inserción laboral… Es decir, que se note claramente que se les
considera importantes y se les ayude en lo que necesitan.
Tengamos,
además, en cuenta que los chavales y chicas de estas edades no aceptan
“sermones”; quieren a alguien que comparta su situación vital a la luz de un
buen criterio, como el que empleaba Don Bosco: la luz iluminadora del
evangelio.
Los jóvenes
de hoy desean unos interlocutores transparentes, benévolos, honestos,
atractivos, accesibles, alegres e interactivos, que procuren presentarles y les
inviten a formar parte de una comunidad cristiana así. Es una necesidad esencial para
asegurar su vida.
Don Bosco nos
puede hacer entender cómo debe ser hoy el diálogo con los jóvenes.
Pues
realmente el santo educador se adelantó ya a tratar con los jóvenes con las
formas que ellos ahora le proponen a la Iglesia en la Reunión Presinodal (2) que los trate. Y es que en los
ambientes católicos quieren que se les invite a un diálogo sobre temas importantes para ellos, como pueden ser: el reconocimiento y mejora de la función de la
mujer, o el desarrollo cultural de la fe, contactando con otras tradiciones
religiosas –ya que el joven de hoy vive en un mundo globalizado e
interreligioso; y en esto y en otros temas piden un diálogo profundo, constructivo
y pacífico.
Vuestro amigo,
Francesc
(1)
Diálogo visto en la película de Don Bosco, de Lodovico Gasparini
(2) Reunión Presinodal: En que la Iglesia católica preguntó a los jóvenes cómo se veían ellos ante el mundo y la misma Iglesia.
Lector, permíteme que con este relato ensanche la mirada de Don Bosco sobre el respeto a las decisiones e ideas de los jóvenes.
ResponderEliminarPues, al hermano de José Buzzetti, Carlos, que se marchaba de su Oratorio –casa para los jóvenes- que le decía: -“Don Bosco, yo le aprecio de verdad y le agradezco todo lo que me ha enseñado. Pero creo que debo participar en esta lucha por la libertad -se refería a engrandecer la patria, Italia-, Don Bosco le contesta: -“Carlos, yo también creo en la libertad, y por eso te digo a ti y a todos los demás, que quien quiera dejar el Oratorio es libre de hacerlo. Este es vuestro hogar, y nunca encontraréis la puerta cerrada.