De una
publicación (1) destacamos alguna de sus frases que resaltan la educación. Por ejemplo,
al leer una de ellas, nos enteramos de que Sydney J. Harris nos presenta: “El
objetivo general de la educación es convertir los espejos en ventanas”. En
efecto, pues en el espejo normalmente te miras tú. Mientras que si te enseñan
el mundo que tienes a tu alrededor, rompes el espejo, y a través del marco
observas objetos y personas, que te hacen salir de ti mismo.
Pero no
podemos dejar de lado la visión del gran Aristóteles que, ya en la antigüedad, comprobó
esta clara conclusión: “Educar la mente sin educar el corazón no es educación
en absoluto”. Así es, mientras la
sabiduría, la inteligencia nos va abriendo paso a conocer el mundo y en él
especialmente las personas, si no se aprende al mismo tiempo a tener al prójimo
como hermano, a tener compasión, a amarlo con el alma, no habremos sacado del
aprendiz más que orgullo, vanidad y displicencia.
Por eso, al
preguntarle a un antiguo alumno de la Profesional, al que el padre había
mandado allí porque ya no sabía qué hacer con él, por su indisciplina y
rechazo de la escuela… Nos contestó: “No. Yo no cambié en la Profesional porque
allí no solo tocábamos los libros, sino también las máquinas-herramienta del
taller. Yo cambié por ver la cercanía, la entrega con nosotros de los
profesores y jefes de taller”.
Esa
educación que, en todos los ámbitos educativos, familia, centro escolar,
deportivo, de amistad, de compañerismo, asociativo… alimenta mente y corazón,
es una verdadera ayuda a la educación de las personas; saca de ellas lo mejor.
Vuestro amigo,
Francesc
(1) He
encontrado en el calendario que editan los Misioneros de la Consolata, una
serie de frases que resaltan la educación. No por nada, este año 2019, lo dedican así: EDUCAR EN HUMANIDAD.
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