Vamos de
cara a la Navidad. Sobre la misma, un caballero opinaba: -No me gusta la
Navidad. Pero no nos explicaba a qué clase de Navidad se refería. Pues hay dos
clases de Navidad: una, en que se vive más centrados en el "Cumpleañero" (Jesús)
y otra que vive más lo material.
Cosas estas
que pueden tomarse también en la primera forma de celebrar la Navidad. Porque
si esos regalos, esas comidas familiares o de amigos; esos viajes y esas
compras, los adornos, el árbol de Navidad… están justificadas porque ilusionan,
alegran, de manera que siempre tengamos presente que “son regalos del corazón”,
porque hay necesidad de “acompañar”, de “descansar y compartir”, de fomentar la
alegría y la ilusión de los pequeños…
En este caso, entraríamos así a poner las cosas en orden, en orden de amores: Ya que “No hay que amar
menos lo que debemos amar más”. En este caso, a Jesucristo, y lo que nos pide.
“Ni tampoco amar más a lo que deberíamos amar menos”. Atención: “Amar menos” no
es dejar de amar. Pero no está por delante de la alegría de la venida del
Salvador. Y si queremos dar un mensaje
más amplio, incluso para los que no creen, el amar menos lo egoísta y
poner por delante el hacer el bien, la bondad, la fraternidad entre los hombres,
especialmente en los “pequeños”; dígase necesitados.
Todos estos no se perderán una auténtica alegría por la Navidad.
Tu amigo,
Francesc
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