El
nuevo año nos pone en la situación
de abrir un tiempo nuevo, un trozo
de vida y, como la vida misma,
iniciar una aventura. Es cierto que
desconocemos muchos aspectos que podrán
tener estos 366 días (es bisiesto) de
que vamos a disponer en el 2012.
Pero también es cierto que el
aventurero prepara su equipaje lo mejor
que puede, y no olvida un mapa
y una brújula –hoy día probablemente
ya domine y prefiera el GPS.
Estimados
amigos,
Ante todo, ¡Feliz Año Nuevo! El nuevo año nos pone en la situación de abrir un tiempo nuevo, un trozo de vida y, como la vida misma, iniciar una aventura. Es cierto que desconocemos muchos aspectos que podrán tener estos 366 días (es bisiesto) de que vamos a disponer en el 2012. Pero también es cierto que el aventurero prepara su equipaje lo mejor que puede, y no olvida un mapa y una brújula –hoy día probablemente ya domine y prefiera el GPS-.
Aún así puede salirle rana su viaje. Recuerdo por estas mismas fechas una excursión al monte El Toro, en los lindes de Castellón y Teruel (España). Se nos atascó el coche sin poder, después de dos horas de maniobras, sacarlo del fangal. A esto se añadía una temperatura de 2ºC y se completaba con que no teníamos cobertura para el móvil…
Nos puede pasar algo parecido en nuestro recorrido vital. Pero, ¿dónde está la brújula, o el GPS? Esto es fundamental: tal vez es entonces, cuando más lo necesitamos, cuando nos puede sacar del atolladero una brújula espiritual.
Cada uno tiene su propia brújula, su propia orientación, pero que debe tener preparada, en su sitio y en condiciones. Esta orientación es en realidad el SENTIDO de la vida: “Haber descubierto que la vida tiene sentido, y por tanto darle dirección, unos objetivos a alcanzar, y sobre todo una gran energía, fruto de la motivación”. (Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor de los salesianos).
Podríamos poner el ejemplo de alguien que haya descubierto que en la vida necesitamos atención (ayuda) y que nos realizamos atendiendo (ayudando). Estos objetivos pueden colmar su vida de “sentido”, seamos lo que seamos y tengamos la dedicación que tengamos. Todas nuestras relaciones entonces, todos nuestros sueños y proyectos se dirigirán a llegar a estos objetivos, es decir, en este caso, a tender la mano cuando necesitamos ayuda, a poner la mejilla cuando nos hace falta una caricia o un beso; y a dar el correspondiente beso y a tender la mano a quien veamos necesitado de afecto y ayuda. Esto nos orientará, será nuestra “brújula”.
Aquí podríamos poner el punto y final de nuestra reflexión, salvo que alguien todavía se pregunte cómo acabó lo de la aventura de El Toro. Pues así fue, el más preparado en las travesías cogió la mochila, el bocadillo, el móvil y el GPS, recorrió unos kilómetros hasta que encontró cobertura y pidió una grúa. La grúa iba a llegar y le pedimos de nuevo que fuera a recibirla a la carretera, porque los caminos forestales, ya se sabe, no están tan bien señalizados. Llegó la grúa, siguió un poco más la aventura, pero nos rescató.
De nuevo, ¡Buen Año a todos! No olvidemos el mapa, la brújula, el móvil y el GPS (y el bocadillo) en la aventura de este nuevo año 2012.
Ante todo, ¡Feliz Año Nuevo! El nuevo año nos pone en la situación de abrir un tiempo nuevo, un trozo de vida y, como la vida misma, iniciar una aventura. Es cierto que desconocemos muchos aspectos que podrán tener estos 366 días (es bisiesto) de que vamos a disponer en el 2012. Pero también es cierto que el aventurero prepara su equipaje lo mejor que puede, y no olvida un mapa y una brújula –hoy día probablemente ya domine y prefiera el GPS-.
Aún así puede salirle rana su viaje. Recuerdo por estas mismas fechas una excursión al monte El Toro, en los lindes de Castellón y Teruel (España). Se nos atascó el coche sin poder, después de dos horas de maniobras, sacarlo del fangal. A esto se añadía una temperatura de 2ºC y se completaba con que no teníamos cobertura para el móvil…
Nos puede pasar algo parecido en nuestro recorrido vital. Pero, ¿dónde está la brújula, o el GPS? Esto es fundamental: tal vez es entonces, cuando más lo necesitamos, cuando nos puede sacar del atolladero una brújula espiritual.
Cada uno tiene su propia brújula, su propia orientación, pero que debe tener preparada, en su sitio y en condiciones. Esta orientación es en realidad el SENTIDO de la vida: “Haber descubierto que la vida tiene sentido, y por tanto darle dirección, unos objetivos a alcanzar, y sobre todo una gran energía, fruto de la motivación”. (Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor de los salesianos).
Podríamos poner el ejemplo de alguien que haya descubierto que en la vida necesitamos atención (ayuda) y que nos realizamos atendiendo (ayudando). Estos objetivos pueden colmar su vida de “sentido”, seamos lo que seamos y tengamos la dedicación que tengamos. Todas nuestras relaciones entonces, todos nuestros sueños y proyectos se dirigirán a llegar a estos objetivos, es decir, en este caso, a tender la mano cuando necesitamos ayuda, a poner la mejilla cuando nos hace falta una caricia o un beso; y a dar el correspondiente beso y a tender la mano a quien veamos necesitado de afecto y ayuda. Esto nos orientará, será nuestra “brújula”.
Aquí podríamos poner el punto y final de nuestra reflexión, salvo que alguien todavía se pregunte cómo acabó lo de la aventura de El Toro. Pues así fue, el más preparado en las travesías cogió la mochila, el bocadillo, el móvil y el GPS, recorrió unos kilómetros hasta que encontró cobertura y pidió una grúa. La grúa iba a llegar y le pedimos de nuevo que fuera a recibirla a la carretera, porque los caminos forestales, ya se sabe, no están tan bien señalizados. Llegó la grúa, siguió un poco más la aventura, pero nos rescató.
De nuevo, ¡Buen Año a todos! No olvidemos el mapa, la brújula, el móvil y el GPS (y el bocadillo) en la aventura de este nuevo año 2012.
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