Apreciados amigos, amigas,
estamos de nuevo con vosotros, y en
este caso, continuando un tema maravilloso
como es el de la amistad.
Tú haces una pregunta sencilla a
un chico o a una chica, como
esta: -¿De qué forma vives tu
experiencia de amistad? Y puedes quedar
sorprendido por la intensidad de
relación que experimentan estos chicos
y chicas con sus amigos.
La confianza es una de las voces
que más se escucha en estas
respuestas, en que describen cómo viven
su amistad. En este mismo espacio
anteriormente hemos tenido también en
cuenta, además, otra característica
encantadora que requiere la relación
entre amigos: la solidaridad. Pero nos
quedan todavía dos más: la libertad
y el respeto. Entraremos esta vez
en el campo de la libertad.
Muchas de las lágrimas y de los
conflictos que se crean en la
relación de amigos son debidos a
no tomar en consideración que el
ser amigos es algo libre. El
amigo, la amiga puede irse con
otro o con otra en cualquier
momento –aunque sea mi mejor amiga/o-
sin que por eso necesariamente se
rompa mi relación con ella o con
él.
O puede ser que haya encontrado
otra gran amistad, y en ese caso
sí, lo nuestro continúe, pero pase
a un segundo o tercer plano. Y
si sucede esto, el remedio que se
puede intentar es doble: encajar el
dolor por la pérdida de la
persona amiga, por un lado y, en
segundo lugar, buscar un nuevo paisaje
en la amistad, una nueva amistad
que convenza.
Todas estas circunstancias que pueden
darse en la amistad no descartan
una situación todavía más común: “que
hoy tu amiga, tu amigo no está
demasiado ‘fina’ o ‘fino’, y pasa
de ti”. No responde como tú
deseabas, y te desmonta momentáneamente
el sistema planetario de tu afecto
con ella/él. A menudo sucede lo
que sigue: “La chica viene con
lágrimas en los ojos y no te
dice bien claro por qué está enfadada.
Pero no es difícil saberlo si
sigues animándola a que te confíe
su pesar. Lo más frecuente es que
te confiese que su mejor amiga
hoy no le hace caso; está
entusiasmada con otra”. Las lágrimas se
deben a que ella hoy no cuenta
nada para su amiga. Sin embargo,
no hay que alarmarse, lo más
normal es que esta situación sea
pasajera y dure unas horas, o
todo lo más, algún día.
Si te acontece alguno de estos
casos apuntados, te irá bien considerar
que tu amiga o amigo necesita un
espacio vital, una distancia de
autonomía para que pueda ser ella/él
misma/o. Si se lo permites, será
la manera de tener una amiga/o
que te estime de verdad; que te
quiera, aparte de porque le encantas,
porque lo decide así. Tú mereces
una amistad de esta forma, de
esta calidad. Pero reclama a tu
vez la misma autonomía para ti.
Espero que estos consejos te ayuden,
si no a enjugar, sí a dulcificar
alguna lagrimilla de amor, derramada en
el campo de la amistad.
Vuestro amigo,
Francesc
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