UN SOPLO EN EL COGOTE...

Justo hace dos años, la Asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco de Elche comenzaba la aventura de alumbrar su web propia. Estos dos años no han sido estériles, la web ha sido visitada por numerosos navegantes de internet.

Agradecemos desde aquí su interés por lo nuestro, y en especial, por el acceso y comentarios a nuestro apartado REFLEXIONES. Para que este apartado goce de más flexibilidad y de mayor facilidad de acceso, justo con la presente reflexión, comienza el nuevecito blog creado para este fin, con el nombre de Un soplo en el cogote… Intentaremos explicar el motivo de este particular nombre.

Un soplo en el cogote. Es una sentencia popular, que nosotros sepamos, de tierras andaluzas. Nos indica que la persona que realiza esta acción simbólica, es alguien que anima, que orienta, que da pistas, motivos a quien recibe ese aliento.

Y en nuestro campo y ambiente de los antiguos alumnos y antiguas alumnas salesianos, el dicho se puede aplicar de un modo especial al salesiano, sea el consiliario de la Asociación de Antiguos Alumnos o no, para definir así su principal actividad. Al menos así nos lo han hecho ver algunos batallados antiguos alumnos.

Pues el exalumno o antiguo alumno salesiano es ya una persona hecha y derecha, independiente y responsable. Es cierto que recibió una formación al estilo de Don Bosco en la escuela en la que se educó. Por supuesto, ahora no depende ya ni de las personas, ni de las normas que regían aquella institución salesiana. El antiguo alumno ha madurado y por su experiencia, por su preparación puede llegar a hacer muchas estupendas cosas, inspiradas en los valores de la escuela salesiana. En este caso, el consiliario o cualquier salesiano no tiene por qué hacer la tarea del exalumno. Sin embargo, la relación ideal de ambos es el que ni el antiguo alumno prescinde del salesiano, ni el salesiano deja completamente solo al antiguo alumno.

Porque el antiguo alumno, o la antigua alumna -y aquí aplicamos aquello de “un soplo en el cogote- precisa de un ánimo de parte del salesiano, aunque, con toda probabilidad, el exalumno/a tiene probadas capacidades para realizar una magnífica tarea, una bien llevada función, o un serio compromiso con un excelente proyecto…

Sin embargo, le puede pasar, como a todos nos pasa, que no llegue ese ánimo y la tarea se quede “colgada”. Un amigo me decía que por qué un muchacho, un chaval,  lleno como está de fuerzas, se queda mirando los escalones de tres pisos que ha de subir y se dice:- No puedo. ¿No puede? Realmente, sí. Le sobran fuerzas. Lo que le falta no es la capacidad, le falta el ánimo, el motivo.

Este es el cometido del salesiano en general, y es, más en concreto, una función específica del consiliario de Antiguos Alumnos. Él es quien tiene que animar, dar motivos, recordar valores. No tanto recordar “consignas”, especie de recetas de las antiguas. Para ello se requiere que el salesiano se haya actualizado, que tenga contacto con el mundo de hoy día. Y en especial, que conozca a cada exalumno de su entorno, que sepa de su trabajo, de su familia, cuáles son sus inquietudes, sus problemas…

Por este motivo, aquí, el que esto escribe -que tiene la encantadora misión de animar la asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco de Elche como consiliario- ha de alentar, orientar, proponer los valores verdaderamente humanos, cristianos (salesianos) que promueve la escuela salesiana. Dicho de otra forma, el espíritu salesiano. Esto se quiere hacer a través de las REFLEXIONES quincenales.

Y estos mensajes de animación se lanzan, no solo para el disfrute de los antiguos alumnos y antiguas alumnas salesianos, sino también -y estamos convencidos de que resultarán también beneficiosos- para cualquier persona que con respeto se acerque a este ambiente salesiano, lleno de extraordinarios (dentro de su sencillez) valores para todos.

Vuestro amigo…