jueves, 14 de mayo de 2015

COMPAÑERA/COMPAÑERO


Compañera o compañero es quien come con nosotros a la mesa, quien comparte nuestro pan (com-pan). Por extensión, significa esta cordial función de ser compañera/o de camino. En realidad, compañera/o de vida -pues el camino es una parábola de la vida- que todos vamos recorriendo. Pero mejor es no andarlo solo, sino con la compañía de quien nos entiende y atiende, alguien que nos oriente en él, y en el recorrido nos alivie en las intemperies. 

Imagen bajada de wikipedia

En el evangelio de Lucas hay una relato en que Jesús de Nazaret, se hace el encontradizo con dos discípulos desanimados que caminan hacia un pueblito. Se alejan de Jerusalén, porque la crucifixión de Jesús les ha quitado las expectativas que tenían de él. En este punto del camino -de la vida-, Jesús se les añade y se coloca a su nivel. No lo reconocen. Él les ve apenados y les pregunta el motivo de encontrarse así de tristes. Los dos discípulos le relatan lo sucedido en Jerusalén con Jesús. El nuevo compañero de camino les escucha. Luego les regaña por no entender lo que ya en las Escrituras (Sagradas) se explica sobre el Mesías, el Ungido por Dios, que tenía que padecer y ser ejecutado. Pero después de tres días resucitaría con gloria y comunicaría su vida nueva a todo el pueblo, con el perdón de sus pecados. Y les va orientando con calma "en el camino".


El compañerismo es algo muy importante. Sin duda, lo más valioso de la compañera o del compañero no es lo que yo pueda sentir por ella, por él; lo que me hace verdaderamente feliz, es descubrir que ella o él me quiere, que su afecto entraña una atención por todo lo que necesito, descubrir lo que ella, él siente por mí, intuir por qué no se separará nunca de mí. Pues le importa mi dolor, mi desánimo, mis dudas, mis caídas, mis alegrías, mis éxitos… es mi amiga, mi amigo siempre.


Tenemos un icono del cristianismo copto (en Egipto) en el que espejarnos y contemplar las maravillas de la amiga/o y de la compañera, del compañero. En él podemos ver con sorpresa el descubrimiento del abad Mena de la amistad, del compañerismo en el sentido que hemos hablado… y más, de Jesús. Si lo observamos bien, en la tabla más bien dorada con inscripciones en griego-copto (ABA MENA/SALVADOR) aparece a la derecha Jesús que acompaña a su amigo, al que con el brazo extendido lo estrecha haciendo reposar su mano sobre el hombro del amigo. Hay un total posado de respeto y de confianza hacia la persona del amigo, el abad Mena. Los amigos no están en el santuario ni en el cenobio (comunidad), sino en el camino de la vida, sus pies descalzos catan la tierra del sendero. El abad escucha con sus orejas bien visibles a su compañero Jesús, que lleva el libro, señal de la ciencia que posee para aconsejar y acompañar a su amigo el abad Mena. 


Vale la pena descubrir este compañerismo en nuestra vida y hacer gala de él. Pues necesitamos una verdadera amistad, un compañero en quien confiar nuestras preocupaciones, nuestros deseos, nuestras caídas, nuestros amores y desvelos. 


Amiga, amigo, te deseo y me deseo a mí también poder encontrar, o si ya lo tenemos, valorar más a un verdadero compañero del alma. Eran dos familias que llegaron casi al mismo tiempo a cumplir su trabajo a un pueblito sencillo. Por tanto a tener muchísima ocasión de escuchar, de orientar, de explicar, de tener un gran cariño y paciencia con los sencillos pobladores. Pero también entre las familias se creó una amistad que ha perdurado a lo largo de los años. Hoy las he conocido. Se notaba que no eran parientes; pero había otro parentesco sin duda, por la alegría, la sonrisa, la complicidad. -Es que somos amigos me dice ella, explicándome el compañerismo de las dos familias, mientras besa a su amiga. -Amigos, ¡no! -intervengo- ¡más que eso!, ¡amigos del alma!.


Gracias, por dejarme llamarte a ti también amiga o amigo. Me sentiría encantado si tú me pudieras decir también, por mi modesto aporte reflexivo, que soy tu compañero.


Francesc

2 comentarios:

  1. Gracias por ser mi compañero...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. GRACIAS, AVE FÉNIX, POR DECIRME "COMPAÑERO". SI TE HE PODIDO AYUDAR UN POCO A COMPRENDER ESTA HERMOSA FUNCIÓN DE SER COMPAÑERO O COMPAÑERA ME SIENTO SATISFECHO DE ESCRIBIR.

      Eliminar