Mamá Margarita, madre
de Don Bosco, se volcó en su esposo Francisco y en sus hijos, Juanito y José, y
cuidó como a hijo a Antonio, hijo del anterior matrimonio de Francisco, cuya
mujer había fallecido. Francisco murió muy joven, dejándole los tres chicos,
Juanito de dos años, José y Antonio. Margarita se arremangó y cuidó de ellos y
también de su suegra, impedida.
MARGARITA OCCHIENA - MADRE DE JUAN BOSCO |
Eran pobres, debían trabajar para otros la tierra y
arreglárselas con el escaso beneficio de estas duras tareas y unos cuantos
animales de granja. Pero aun así, Margarita fue siempre generosa con los que le
pedían ayuda, bien fuera comida, o incluso refugio. En aquel tiempo, por
cuestión de guerras y bandos, no era extraño que pasaran por esa zona
piamontesa muchos fugitivos huyendo del peligro y de la crueldad de las
contiendas. Nunca preguntó por sus ideas. Los atendió y les ofreció el calor
del fuego hogareño y de la polenta.
Margarita vio en su hijo menor, Juan, las cualidades y su
disposición a hacer el bien a sus amiguitos. Y sufrió por no poder prestarle la
ayuda de una escuela. Pero educó a Juan con toda la atención tanto en los
valores humanos como en las enseñanzas religiosas. En realidad, atendió tanto a
Juanito como a sus hermanos. Aparte de ejercer de madre y padre, fue la
catequista que les enseñó a pensar que Dios siempre nos mira, que es Padre y
que nos cuida, dándonos el sol, la belleza del cielo estrellado y los frutos de
la tierra. Les enseñó también a esperar en él, a pesar de las inclemencias de las cosechas. Sus hijos
aprendieron de ella las oraciones, que recitaban al volver cada día, rendidos
del duro trabajo del campo. Les preparó a la Primera Comunión y a confesarse.
MAMÁ MARGARITA |
En cuanto a lo humano, enseñó a sus hijos con su ejemplo a que
hay que arremangarse para trabajar y poder subsistir. Cuando pudo ver a su hijo Juan
estudiando, y luego ya en el Seminario, lo apoyó y visitó todo lo que pudo.
Especialmente cuando de novel sacerdote, enfermó por los muchos trabajos en
favor de los jóvenes abandonados de Turín.
Hasta que, a sus últimos diez años de vida, solicitada por su
hijo Juan Bosco, llegó al Oratorio de Valdocco, en Turín para ser la madre de
todos esos chicos, con su entrega generosa como cocinera, lavandera, mujer de
la limpieza, ejemplo de fe, apoyo de su hijo… donde se ganó merecidamente la
estima y el bello nombre de mamá (Margarita).
MAMÁ MARGARITA, MADRE DE DON BOSCO
Para conocer más a esta sencilla, pero gran mujer –hoy
declarada Venerable por la Iglesia- se ha instituido el “Premio Mamá Margarita”
por parte de la Asociación de Antiguos Alumnos de Don Bosco de Elche - Alicante (España). Próximamente se tendrán los actos del reconocimiento de la
mujer, -entre las muchas que, gracias a Dios, van siguiendo los pasos de Mamá
Margarita- que ha sido galardonada con este premio.
Premio también para ti, estimada amiga o amigo, si eres de igual pasta de generosidad y servicio que la madre de Don Bosco.
Premio también para ti, estimada amiga o amigo, si eres de igual pasta de generosidad y servicio que la madre de Don Bosco.
Vuestro amigo,
Francesc
Los alumnos de Primaria se expresan sobre Mamá margarita. Lucía, por ejemplo, nos dice que -Mamá Margarita, para mí, es como una madre. Sé que yo no la he podido conocer, pero a través de vídeos, y de la forma que hablan de ella, sé que ha sido muy buena; se ofreció a ser la madre de los niños de Don Bosco.
ResponderEliminarNo tuvo pegas a la hora de la comida al saber que no tenían mucho dinero, siempre tenían comida. Así que mamá margarita para mí es una madre, la quiero mucho, es la mejor, cariñosa y amable.
¡Saludos!
ResponderEliminarGracias por prestar atención a mi aviso.
Por su importancia, este aviso está subvencionado para que llegue a la persona adecuada.
Soy Ana María, de Tarragona, almirante jubilada, en cuidados intensivos por enfermedad.
Por esta enfermedad y por lo que revelan mis exámenes médicos, mi supervivencia es limitada.
Al no tener familia, mi padre eclesiástico y guía espiritual me recomienda dar mi herencia para obtener el favor divino por las actividades en las que me he involucrado durante mi carrera.
Para ello, deseo colocar a mi bichón Mila, que ha sido la alegría de mi vida durante los últimos años, con una familia, y una suma de 317.000 euros que, además de proporcionar los cuidados necesarios a Mila, se utilizará para ayudar a los niños pobres y a las personas sin hogar.
Para ayudarme a cumplir esta misión, me gustaría pedir a quien esté interesado que se ponga en contacto conmigo por correo electrónico para mantener una conversación franca y honesta.
Muchas gracias.
anamariajulio38@gmail.com