P A L M E R E R O |
“Vocare” significa llamar a alguien para decirle alguna cosa o darle alguna tarea.
¿Quién
llama? –El Creador. Él nos llama a ser. A nacer, a la vida. A ser, ¿cómo? –A ser
en primer lugar persona. Lo que los padres suelen decir a sus hijos: -Que seas una buena nadadora está muy bien. Ahora, lo importante es que seas persona.
Pero afinemos más todavía. Y entonces descubriremos que el ser
persona implica valorar la grandeza y a la vez el desvalimiento de nuestro ser,
pero también implica valorar, en consecuencia, la grandeza y el desvalimiento de los otros y por tanto no olvidar tratarlos como hermanos.
Aquí va bien la pregunta de Dios a Caín refiriéndose a Abel (que vale para
todos los seres humanos): -¿Dónde está tu hermano?
A esta vocación, a esta llamada a guardar, a proteger a nuestros semejantes, respondemos si nos esforzamos en descubrir nuestros dones y cualidades, y los hacemos crecer –tanto los físicos, como los de corazón y los de la mente- y los dirigimos a favorecer a nuestros “hermanos”.
¿Para qué nos da Dios estas cualidades? –Para complacerle,
cuando ve que disfrutamos nosotros, pero que también las empleamos para que otros se
formen y crezcan (la vocación de padres y de educadores), se curen (la vocación de médicos y de enfermeras…), tengan una vivienda
(la vocación de albañiles y de arquitectos…), se alimenten (la vocación de agricultores y de dependientas...) y posean los
medios que precisan para una vida digna.
Al final de la vida, como escriben los clásicos castellanos, no importa tanto haber sido rey o sepulturero, lo que importa es cómo lo hemos llevado a cabo; cómo hemos respondido a la llamada de Dios, a nuestra vocación.
¡Felices vacaciones, si me lees desde el hemisferio Norte! Aprovéchalas, especialmente con la reflexión en esos momentos tranquilos que te concedas. Y si estás empezando el invierno, ¡ánimo, a seguir en la lucha diaria y aprovechar también cualquier ocasión para la reflexión!
¡Felices vacaciones, si me lees desde el hemisferio Norte! Aprovéchalas, especialmente con la reflexión en esos momentos tranquilos que te concedas. Y si estás empezando el invierno, ¡ánimo, a seguir en la lucha diaria y aprovechar también cualquier ocasión para la reflexión!
Tu amigo,
Francesc
No hay comentarios:
Publicar un comentario