sábado, 29 de octubre de 2016

ASÓMATE A TU POZO INTERIOR


Asómate al pozo de tu interior. De cuando en cuando conviene hacer silencio. (Consulta la Reflexión, en este mismo blog, “LA FUERZA DEL SILENCIO”). Silencio que, en este caso, no queremos que signifique no hablar ni escuchar. Se debe hablar y escuchar, pero el diálogo ha de ser interior. ¿Cómo, si estamos en silencio, podemos dialogar?

Es algo que podemos descubrir, de una forma bella y profunda, en el poema del salesiano Rafael Alfaro Alfaro, que ahora puedes leer:


Hacer silencio -como "absorbemos” en los versos de Rafael Alfaro- no es 'no decir nada', sino asomarnos a nuestro interior, y sin hablar, sin idioma decir nuestras más hondas preguntas, decirnos a nosotros mismos y escuchar, sin que resuenen voces de sílabas, las respuestas de alguien que es más íntimo a nosotros que nosotros mismos.

Alguien que nos conoce mejor que nos podemos conocer nosotros, y no deja que nuestro silencio se convierta en soledad.

Sea por las razones que sean, esta mujer se quedó soltera. Ya mayor, un día, un primo suyo se percató ya tarde, de su situación real. Con cierta tristeza y curiosidad le preguntó: -Prima, ¿no sientes la soledad? A lo que ella respondió: -Nunca he estado sola, siempre estamos Dios y yo.

Te convido a asomarte a tu pozo, y por supuesto, me convido a mí mismo (porque esto, de verdad, es un convite, una fiesta), sin miedo a que gane la soledad. Porque alguien nos responde, nos sostiene y no nos deja que estemos solos.

Tu amigo,
Francesc

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