domingo, 14 de mayo de 2017

HERMANA CORAJE


Hace poco, el 7 de mayo, se celebraba el día de la madre. Una buena ocasión para a valorar y agradecer la función de las madres. Una tarea continua, diaria. Un corazón que nunca se para por sus hijos.

Pero en la vida real encontramos también personas  a las que, aun no siendo madres, por circunstancias de la vida, les toca hacer la inestimable tarea de madre.

Publicaron el vídeo en las redes sociales. Aparecía una figura de niña, toda decidida, de unos seis o siete años. Salía de casa hacia la calle con determinación, a comprar un regalo que le hiciera ilusión a su hermana mayor.    

De repente, se encuentra frente al escaparate de una joyería. Y se queda encantada con una piedra preciosa que emitía su verde resplandor colgada del cuello de un maniquí. 

Entra y se dirige al joyero:
-¡Buenos días! Quiero esa piedra preciosa.
El joyero reprime su sorpresa, la mira y le pregunta: -Pero, ¿tú tienes el dinero que vale?
La niña saca del bolsillo su dinero: un puñadito de monedas que se esparcen por el mostrador. Y le pregunta: -¿Es suficiente? Es para mi hermana mayor, porque cuando mi madre murió, es ella la que me cuida.
-Sí, sí. Está bien –responde el joyero. Saca una caja forrada de damasco rojo  y coloca en su interior la piedra y el collar...-Aquí tienes.
La niña da gracias y se  va.

Lógicamente, no mucho tiempo después, llega la hermana mayor llevando la caja roja con la piedra preciosa. Es una joven de unos veinte años, tal vez algo demasiado seria... Intenta la disculpa haciendo al mismo tiempo entrega de la caja abierta en la que relucía la verde esmeralda: ¿Cuánto le ha dado mi hermana pequeña? Ella no tenía dinero.
-Eso es un secreto. A quien compra en esta tienda, le respetamos el secreto.
La joven dice con extrañeza: -¿Y ahora qué?

-Ahora es tuya. Ella te lo ha regalado. Probablemente para que se vea tu sonrisa.

Tu amigo
Francesc

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