Amiga, amigo, con este título no se quiere decir que quien pasa un período difícil, al final logra crecer. Esto lo logra si asume la incomodidad, el dolor, el sufrimiento que no puede remediar, con entereza y paciencia. De lo contrario, esta situación, sigue siendo, una prueba. Pero de ella no saca experiencia, aprendizaje, ni mejora, ni maduración personal.
En la entrevista (1) que se cita, hay materia interesante para la presente reflexión. A la pregunta del periodista : “¿Qué nos pueden enseñar los muchachos que frecuentan las casas salesianas en los lugares de conflicto?”, Don Stefano contesta: “Los jóvenes que viven en países de guerra o en los que no estando en guerra, no tienen un presente ni un futuro normal, nos enseñan ante todo, las ganas de vivir, de aprender, de mejorar”.
Y continúa el salesiano Visitador: “Los jóvenes pobres nos enseñan el deseo de energía para vivir y afrontar la vida. Nos enseñan con la capacidad de sacrificio, con la determinación, con la energía que ponen en las cosas que hacen, incluso en las más simples”.
Todavía sigue Don Stefano: “Aquellos que viven en países de guerra, como Siria, te maravillan por la dignidad humana, por la profundidad y por la gran humanidad. Cuando uno tiene claro todos los días que podría morir, vive de otra manera, con otra intensidad, con otra visión de la vida”.
¡Qué importante es educar a prepararse bien en conocimientos, pero no descuidando las actitudes de sacrificio, de vivir a fondo la vida, de afrontar con serenidad los retos de la vida, de disfrutar de la belleza que tiene vivir con dignidad y fraternidad.
Tu amigo,
Francesc
(1) La entrevista, del Boletín Salesiano de España (diciembre 2015), es del salesiano periodista Josep Lluís Burguera.
(2) El entrevistado, es el salesiano italiano Don Stefano Martoglio, Visitador Regional para la zona salesiana del Mediterráneo.
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