Aquí, en
esta latitud norte, es tiempo del comienzo de la actividad escolar. Un Centro
Juvenil, en que la totalidad de monitores y colaboradores son voluntarios,
inicia el primer encuentro de los mismos para preparar la actividad del curso.
En el desarrollo del encuentro son informados de que existe un proyecto en
España, por el que los voluntarios, podrán ser un punto más reconocidos y
valorados.
Es una buena
noticia, en cualquier lugar, porque reconocer y visibilizar a quienes trabajan por
ayudar, por mejorar la sociedad sin recibir un pago monetario, es una verdadera
justicia y gratitud hacia ellos.
Así que el
proyecto que comentamos, RECONOCE, va a certificar y dar validez a las
capacidades y habilidades de estas estupendas personas, como voluntarios, su liderazgo.
Añadiría también, la actitud testimonial que transmiten los voluntarios: de
mejora de las personas y del entorno sociocultural.
Cuando ocurre
la desaparición de una persona, una catástrofe, o cualquier otro desajuste, todos
sabemos que, aparte de las personas que, como los bomberos, los guardias, los
funcionarios expertos que organizan la actuación requerida… siempre se apuntan
a colaborar los voluntarios.
Pues, sí. El
voluntariado es necesario, porque lo instituido y pagado, como el
funcionariado, o la empresa realizan, hasta donde llegan, sus funciones.
Importantísimas son estas. Pero queda mucho todavía en la sociedad por atender:
Cáritas, con asistencia directa a todo el que golpea a su puerta y pide ropa, comida… Centros
Juveniles, que atienden a los niños o jóvenes que necesitan convivencia, sana
diversión, creatividad… Scouts, voluntarios de Cruz Roja, comedores sociales,
pisos de acogida…, grupos de senderistas, de música, de cultura, de
organización de fiestas…campamentos para niños o jóvenes que no tienen recursos
para salir de vacaciones, personas que dedican su tiempo a los encarcelados
para escucharlos, para ayudarlos… Y una gran masa de voluntarios. Sin ellos no
se remediarían tantas situaciones que resultan de necesidad atender.
Bien lo
decía con sinceridad un político que lo comprendía bien: -El Estado llega con
sus normativas, su personal y sus medios hasta donde puede. Pero se quedan
personas y cosas sin atender; falta llegar a situaciones personales, esa especie
de distribución capilar, que solo puede llegar a través de Cáritas… y de
instituciones similares.
Pues bien,
justo es que desde la política se apruebe un proyecto, como RECONOCE, que valide
las habilidades adquiridas mediante el voluntariado. Y esta validación valga
para tener “más puntos” a la hora de solicitar trabajo. Estoy seguro que los
empresarios y jefes laborales no se arrepentirán. Tendrán un buen trabajador en
su puesto. Siempre lógicamente con las excepciones que tocan.
Vuestro amigo,
Francesc
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