Llega la Navidad. Se han oído voces de personas que dicen que para ellos la Navidad es un tiempo fastidioso, insoportable. Entre lo que se puede adivinar, esto puede achacarse a: -Que en estas fiestas existe una tradición (llámese aquí obligación, compromiso) de los regalos. -Que existe también un derroche innecesario. -Y que se sufre también en ocasiones una hipocresía en las reuniones familiares. Pues se va con una careta de alegría a ellas, cuando en realidad hay conflictos y malos encuentros enquistados.
Pero no lo pongamos tan pesimista este paisaje. Porque confío en que tanto en El Salvador como en España y en tantos otros lugares de raigambre cristiana, la Navidad sea un tiempo feliz. Que a pesar de las tentaciones del consumismo, de comprar demasiadas cosas… En muchos hogares se mantengan sin exagerar detalles festivos que alegran este período navideño. En decorar, en los manjares tradicionales…
Confío en que en tantos hogares se valoren mucho más la alegría de los pequeños, la oración de la Nochebuena, la cordialidad familiar con visitas y comidas festivas. Con intercambio de regalos empapados de amor. Con canciones y con villancicos. Y el emocionado recuerdo de quienes no están ya con nosotros, aunque siguen estando entre nosotros…
NUNCA SUENAN LAS CAMPANAS
CON TAN DULCE CLARIDAD
COMO CANTANDO LAS GLORIAS
DE LA ETERNA NAVIDAD.
ES PORQUE CANTAN LA NOCHE FELIZ,
ES PORQUE CANTAN LA NOCHE SIN PAR
EN QUE DIOS NIÑO HA NACIDO
Y EN EL MUNDO HA DE REINAR. (Bis)
Villancico, el anterior, que suena con un nuevo horizonte, porque Navidad es el natalicio de un Niño que es Dios con nosotros. Es la mano suave y tierna de Dios que se acerca a todos los hombres. ¡Feliz Navidad!
Tu amigo,
Francesc.
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