Se ha terminado no hace nada el tiempo de Carnaval, que
precede a la Cuaresma, y en el que subyace un rechazo al auténtico motivo del
tiempo cuaresmal, mejorar. En los carnavales observamos una serie de
transformaciones, que relucen y que vibran en los participantes de estos
festivales: ropajes fantásticos, impactantes caretas, maquillajes brillantes. Y
en cuanto al audio y al movimiento, sonadas canciones, bailes de movimientos
trepidantes…
Pero la verdadera Cuaresma se refiere a la transformación de
la esencia de la persona, no tanto a cambiar aspectos de la imagen exterior, que con mucha frecuencia, engañan.
(*) El “Dale la vuelta”, que hemos propuesto como título
inspirador de esta reflexión, es una obra musical de Álvaro Fraile. Y esto es a
lo que anima realizar la Cuaresma. Porque nuestra vida personal
impenitentemente se desliza por la pendiente abajo y hace falta pensar en ello de
cuando en cuando y “darle la vuelta”. Porque no podemos dedicarnos tanto a
nosotros; hemos de pensar en atender más a los que lo necesitan. Dándole la
vuelta, poniendo al pequeño primero. Darle la vuelta a nuestras actitudes en
que valoremos con sinceridad más a la persona que a las cosas, a los medios, a
progresar solo en nuestros intereses…
Pero este “darle la vuelta” no puede ser solo personal. Si
de veras nuestra Cuaresma es cristiana:
1º Nuestro cambio ha de estar basado en la confianza en
la el gran amor de pasión que nos tiene
el Padre. Solo él nos comprende, nos ayuda y nos transforma.
2º Nuestro cambio ha de pensar en los desastres colectivos,
como la avaricia, que golpea a las personas más débiles. Aquí “hay que darle la
vuelta”. Como canta Álvaro Fraile: “Siempre hay uno pobre / cerca del que se
hace rico”. O también “hay que darle la vuelta” a las leyes calculadas que
siembran el lacerante abandono de los que son esclavizados cuando buscan
refugio. En este caso “siempre hay uno débil –continúa Álvaro Fraile- / cerca
del que se hace fuerte”.
Ahí también, -iba a decir, un cristiano-, pero cualquier
persona sincera- debe “darle la vuelta”. Y no se confíe en las autoridades, en
que lo van a solucionar; es una cuestión de la ciudadanía, que puede
desarrollar una fuerza de convicciones, de posiciones. Y en ello podemos
colaborar todos.
Tu amigo,
Francesc
Es lo que intentamos todos los días, darle la vuelta a muchas cosas.
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