domingo, 21 de agosto de 2016

CORREGIR AL QUE YERRA




DESAVENENCIAS FAMILIARES
Corregir al que se equivoca no es fácil. En estos casos normalmente vamos empapados de sentimientos de agresión, puesto que nos han agredido con la mala conducta o actitud que nos han ofrecido de una forma gratuita y no lo podemos permitir…
Hemos de corregir, sí; pero ¿cómo? No debemos olvidar decir que está mal y explicar por qué lo está. Pero decir que ha estado mal no es suficiente, hay que hacerlo con amor.

El hecho fue este: El chaval no estuvo fino ni en gestos ni en palabras delante de compañeros y también de niños más pequeños. Después de hablar con él en privado confesó que aquello había sido inadecuado.

¿Cuál es el punto clave a resaltar aquí? Se trata de salir de nuestro paisaje agresivo, no continuar por ese camino, bajarnos de él y navegar por las olas del amor, del cariño. Bajarnos, porque es muy fácil olvidar que los que corregimos no tenemos defectos y que somos mejores que el que acaba de equivocarse. También nosotros molestamos a los demás con nuestros defectos, con la ignorancia y con pasar de colocarnos en la situación de la otra persona.