jueves, 29 de septiembre de 2016

ARREGLAR EL MUNDO


Estimada amiga o amigo, estamos hartos de malas noticias sobre cómo funciona el mundo; guerras, abusos, mala distribución de los recursos para todas las personas, destrucción de la naturaleza... 

Pero también sabemos de personas que ayudan a arreglar el mundo: investigadores que hacen avanzar la medicina, o la técnica que nos ayuda a resolver nuestra vida diaria. Además, tenemos personas en todo el planeta que se dedican a educar y a enseñar, con lo cual tratan de poner en el cerebro y en corazón, las convicciones de ser fraternos en las relaciones, de amar la naturaleza, de saber convivir... (1)

miércoles, 14 de septiembre de 2016

CRECIENDO JUNTOS


          Estimada amiga o amigo: No hay duda de que el mundo digital es una oportunidad para crecer y para formarse la propia identidad. Pero quisiera que, aparte de él, y a través de él, pudiéramos disfrutar de un recurso -ya conocido, pero siempre nuevo- para crecer, para formar nuestra personalidad y escoger los valores de fondo al posicionarnos ante Dios y ante el hombre. Este recurso es la de siempre, la sencilla relación humana.

           Una realidad que, quienes empiezan o continúan su amistad, su noviazgo, su matrimonio o su relación de hijos, de padres o madres, educadores y educandos… hacen o pueden hacer de estas relaciones una escuela de vida, de crecimiento.
Permitidme que, como ejemplo, os proponga esta sencilla reflexión en forma de poesía:

jueves, 1 de septiembre de 2016

CONSOLAR AL TRISTE




Estamos en el año de la misericordia, o al menos, si prefieres, es a lo que nos está invitando a practicar el papa Francisco. Una de estas obras de misericordia es consolar al triste.                                                                                                 
Me llamó mucho la atención la forma con que la voluntaria en un campamento, -mujer de mediana edad, con hijos- exhibía todos los recursos a su mano e imaginación, para sacar de la tristeza a un chico acampado, que no se sabía qué es lo que le hacía llorar más, si el no poder ir al parque acuático, al se había marchado ya todo el campamento, o el dolor que tenía por una afección corporal.
            Me admiró la paciencia, la variedad de argumentos, la constancia de razones, los gestos y tonos de cariño, sin aflojar, ¿casi una hora? Para conseguir consolarlo. ¿Lo consiguió? ¿De qué pasta hay que estar hechos para tener esta paciencia?