sábado, 29 de octubre de 2016

ASÓMATE A TU POZO INTERIOR


Asómate al pozo de tu interior. De cuando en cuando conviene hacer silencio. (Consulta la Reflexión, en este mismo blog, “LA FUERZA DEL SILENCIO”). Silencio que, en este caso, no queremos que signifique no hablar ni escuchar. Se debe hablar y escuchar, pero el diálogo ha de ser interior. ¿Cómo, si estamos en silencio, podemos dialogar?

Es algo que podemos descubrir, de una forma bella y profunda, en el poema del salesiano Rafael Alfaro Alfaro, que ahora puedes leer:


sábado, 15 de octubre de 2016

ENSEÑAR AL QUE NO SABE



Una de las primeras obras de misericordia es “enseñar al que no sabe”. Pero, ¿qué hay que enseñar y cómo? Quien enseña ha de conocer las posibilidades (la mentalidad) de aquel a quien quiere enseñar, y en consecuencia, instruirle en lo que le conviene que aprenda; y en la manera en que lo necesita. 

El enseñar requiere la sencillez. Y aun mostrando lo que hay que aprender con las palabras justas y claras, puede suceder que el / o la aprendiz no haya captado los mensajes. Por eso, el buen maestro ha de verificar continuamente que el alumno le ha entendido. Debe saber, además, que cada cual aprende a su manera y que para apropiarse de las enseñanzas, emplea su tiempo, que no es el mismo para todos.