viernes, 27 de mayo de 2016

LA IMPORTANCIA DE LO PEQUEÑO



El niño no ha empezado aún la Educación Infantil. Con sus dos añitos y pico, cuando ve el rostro de Cristo crucificado, dice muy seguro con su lengua de trapo, al preguntarle -¿Quién es? -¡Chus! Decírselo con una ternura que le llegue al pequeño puede ser la clave para algo tan importante para él como poderle transmitir el patrimonio de nuestras creencias.
Unas palabras al oído, como solía practicar el gran educador Don Bosco para acercarse más al corazón del muchacho, una palmadita a la espalda dándole ánimos, tal vez sean de una importancia tal que hagan surgir de dentro de una persona, más si es joven, un optimismo, una confianza en sí mismo que pueden salvar su vida.

sábado, 14 de mayo de 2016

¿EN QUÉ NOS PARECEMOS A DIOS?



Con mucha frecuencia reconocemos el parentesco de las personas. En unas primeras comuniones, en un restaurante adivinamos… ¡anda!, esa chica, pues, no hay duda, es hija de esta mujer, si es que el pelo, las mejillas, la sonrisa ¡son los mismos! Hasta incluso un pequeño de dos años, ¡mira qué pose este retaco!, si es clavado a su abuelo, en la manera de plantarse, ¡con los brazos cruzadas a la espalda!

Pero si los cristianos afirman que Dios es nuestro Padre ¿Cómo nos parecemos a él? ¿Por el pelo?, ¿por la sonrisa, por nuestra pose? Claro 
que no. -Nos parecemos por el amor; en nuestra capacidad de amar.