jueves, 9 de febrero de 2017

LOS REGALOS



        → Alguien dirá que ya ha pasado la Navidad y con ella, el Niño Dios, que es quien en muchos países trae los juguetes a los niños. O bien Papá Noel o los Sabios de Oriente (los Reyes). Y que ya no es momento de regalos. Pero, ¿y el día de los enamorados o de San Valentín, que está tan reciente?

       → Bueno, el caso es que siempre podemos tener ocasión de hacer regalos, casi cada día, conforme veremos. Hay cumpleaños, hay despedidas, éxitos de nuestros más queridos  seres: amigas, amigos, o parientes… Y siempre se les puede hacer un regalo.

Cuando pensamos en regalar, la mayoría de las veces pensamos en algo material: un reloj, un juego, un móvil o celular. Aunque la especialidad de los niños (y gracias a Dios, también de los no tan niños) son los juegos –un balón, un patín, un peluche, una bicicleta, una “play station”…

Pero en alguna ocasión, habremos caído en la cuenta de que el valor del regalo que hacemos o que nos hacen no es tanto su hermosura material. Es la ilusión que nos produce, esa sorpresa con que el regalo está empapado. Lo importante es la alegría que nos da, la emoción inexpresable que nos comunica,  el que venga de parte de la persona que amamos, y que nos ama.

Porque no hay duda que el regalo más importante es el amor, la comprensión, el caso que nos hace esa persona amada, y amante; bien sea su regalo algo tangible, o tal vez, un mensaje digital. Y no digamos, si es su presencia, la sonrisa con que nos obsequia,  o la mirada con que nos colma de felicidad.

Las personas son el regalo mayor que podemos tener. Lo intuía aquel chiquillo o chiquilla –que no se concretaba en su escrito- que escribió su carta a los Reyes Magos de Oriente. Y que en ella, después de pedir los juguetes que recelaba: un patín.., un peluche…  pedía a Sus Majestades por favor, para su mamá un esposo, que fuera bueno, bonachón, que jugara con él y que fuera buen cristiano, que rezara…

¡Qué maravilloso que desde pequeños, los niños vayan entendiendo que el mejor regalo es una madre, un padre, un hermanito, una hermanita! Y quienes nos quieren y nos han querido de verdad. Porque con certeza los ha puesto Dios como unos ángeles, para que nos amen y nos cuiden como lo haría Él mismo. Los cuales darían la vida por nosotros. 
 
Vuestro amigo,
Francesc

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