viernes, 31 de agosto de 2018

TRANSMITIR NUESTRO PATRIMONIO




El hecho de una catequista, madre de dos hijos pequeños. ¡Qué suerte! Estos niños tienen la oportunidad de recibir la atención de una buena madre, que les atienda junto al marido en enseñarles tantas cosas que necesitan en la vida:a comer, a caminar, a hablar... Pero en este caso, la madre ha sido catequista, y esperamos que los pequeños tengan la oportunidad de aprender la religión de los labios y de las obras de su madre.

¿Qué es lo que debemos transmitir?  Destacaremos solo unos cuantos aspectos: La lengua (aunque en estos tiempos, pueden ser varias) y con ella la cultura que esta transporta. Los valores, como la sinceridad, la honestidad, la solidaridad... La fe religiosa..., si la tenemos... (1)

¿Quién los transmite? FUNDAMENTALMENTE LOS PADRES. Pero, además los educadores – los maestros, monitores, la familia extensa, las amistades...-.

¿Por qué se tiene que transmitir nuestro Patrimonio? Porque resulta necesario para  afrontar la vida. Es el espejo para poder criticar las diversas aportaciones del Patrimonio, valorarlas y actuar en consecuencia. Sin la transmisión del Patrimonio, habría un vacío sin llenar, que fácilmente desorientaría a la persona. Sería dejarla sin referencias con las que construir la propia vida.

Vuestro amigo,
Francesc    
(1) En esta reflexión no se mencionará el aspecto económico del Patrimonio.

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